Sangre, sudor y Binford
11 abril 2011
Así podrían resumirse las largas horas de lectura y estudio en la carrera de Arqueología. Metafórica sangre vertida en la batalla del estudio, sudor por las largas horas de lectura de innumerables papers en español, inglés, portugués...¡Qué más!
¿Qué más?
Lewis Binford.
Se lo aprecia o se lo detesta. En mi caso se lo detesta, no obstante coincidir con él en varias de sus teorizaciones; pero tanta reiteración binfordiana, a la larga produce fuerte rechazo. Creo que no debe haber peor tortura ni mayor enigma que leer a Lewis Binford en su idioma original...Demasiadas vueltas retóricas para expresar conceptos que en realidad resultan sencillos. Por eso, por su raro manierismo para un estadounidense, por su desubicado hermetismo; me desagrada y hoy escribo con cierto macabro gusto tras enterarme de su muerte. Dicen que no hay que regocijarse con la muerte de nadie, y coincido, la muerte no es motivo de regocijo; pero no puedo evitar sentir algo de paz frente a esta noticia, tal vez sea merecida para ambos, para mí y para Lewis Binford.
Lewis Binford (Norfolk, Virginia, 21/11/1930 - 11/4/2011) Uno de los máximos representantes de la Nueva Arqueología, un movimiento que trató de romper con las tradiciones obsoletas de la disciplina arqueológica y equipararla con las otras ciencias dotándola de nuevas herramientas teóricas. Lo suyo fue una reacción contra la arqueología europea clásica a la que acusaban de demasiado empírica -en exceso ligada a la cronología estratigráfica-, indisciplinada y falta de sistema científico y cuerpo teórico. Limitada a clasificar y describir, obsesionada con los hallazgos y los yacimientos estrella. Una arqueología que había renunciado a crear un método científico y un cuerpo teórico propio.
Llegó a la arqueología por casualidad, ya que el se había dedicado a la albañilería que practicaba toda su familia. Estando en el ejército durante la 2° Guerra Mundial se le tomó un test que lo reveló con dotes para los idiomas. Le hicieron aprender japonés y el ejercito lo envió al cuartel general de MacArthur para interrogar prisioneros. Allí colaboró con los historiadores en la documentación de las antiguas tumbas que aparecían: su primer contacto con la arqueología. Luego ingresó en la universidad e inició su sonada carrera académica, jalonada por enfrentamientos con defensores de la vieja arqueología.
- New Perspectives in Archaeology (1968)
- Nunamiut Ethnoarchaeology (1978)
- Bones, Ancient Men and Modern Myths (1981)
- In Pursuit of the Past: Decoding the Archaeological Record (1983)
- Faunal Remains from Klasies River Mouth (1984)
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